Muchas de las características que se ven reflejadas en los cajones de San Marcos, tienen sus raíces en algunas manifestaciones artísticas del mundo griego y románico, estas a su vez llegan a España y Latinoamérica, con la colonización; fueron sin ir muy lejos los retablos flamencos los cuales eran esculturas policromas de madera de roble o nogal, talladas en relieves y pintaras con pigmentos naturales, representando motivos religiosos.
Estas características se expresarán en el arte popular hispano del siglo XVI, primero en las capillas de Santeros, que eran cajitas de madera, recubiertas de tela enyesada sobre la cual se esculpe y modela, estos eran usados con motivos evangelizadores, que permitían a los frailes venidos de España portar una colección de santos; en época de la colonia no se sabe con exactitud en que momento estos santeros se transformarían en los cajones San Marcos, y posteriormente en el retablo ayacuchano.
Estas características se expresarán en el arte popular hispano del siglo XVI, primero en las capillas de Santeros, que eran cajitas de madera, recubiertas de tela enyesada sobre la cual se esculpe y modela, estos eran usados con motivos evangelizadores, que permitían a los frailes venidos de España portar una colección de santos; en época de la colonia no se sabe con exactitud en que momento estos santeros se transformarían en los cajones San Marcos, y posteriormente en el retablo ayacuchano.
Los cajones de San Marcos, eran objetos diferentes a las capillas de santeros, estas tenían características propias y especificas definidas en las costumbres y rituales rural andino; normalmente eran utilizados en rituales de marcación de ganado ya que San Marcos era considerado el patrón del toro, de la protección del aganado además de la fertilidad de los animales y la protección de la familia; estos cajones también eran usados como altares portátiles que trasladaban la misa católica a las comunidades campesinas. Realizados en madera eran pintados con anilinas o tierras de color, decoraras en su interior y exterior con motivos florales, volutas, rejillas y en algunos casos con motivos geométricos.
Su forma se caracterizaba por el techo triangular, que según los maestros representarían al Apu, una divinidad del mundo andino; dentro de esta están los dos pisos del cajón, en el piso superior vive el mundo de arriba, en este caso el mundo de las divinidades protectoras de los distintos animales, representada por un conjunto fijo de santos cristianos, donde al centro generalmente más grande que los demás, esta San marcos, a su lado esta San Juan Bautista y San Lucas; en el piso inferior se observa un conjunto de personas y animales, está dividida en dos, las cuales cuenta dos historias la primera a la izquierda que se llama la pasión, donde se ve un verdugo castigando a un ladrón de ganado, en la derecha se observa la llamada reunión, fiesta donde se hierra al ganado, se bebe, se come y se baila, allí está la mayoría de los músicos, el ganado, vendedoras, entre otros personajes del pueblo.
Algunos representantes e impulsores de este arte popular son Alicia Seade que aprendió el arte del Cajón de San Marcos del maestro Jesús Urbano, quien lo aprendió de Joaquin Lopez de Antay, quien lo aprendió de su abuela de apellido Momediano.
MAPA CONCEPTUAL DEL CAJÓN DE SAN MARCOS
DIAPOSITIVAS: CAJÓN DE SAN MARCOS
Excelente, orígenes del retablo ayacuchano.
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